Algo más de 70 pacientes conviven desde hace años y bajo tratamiento terapéutico en el hospital Dardo Rocha de Uribelarrea. Allí hay desde jóvenes a adultos mayores, y la asistencia que se planea, no es solo médica que asista sus necesidades de salud mental: un equipo interdisciplinario ya trabaja con ellos para que la reinserción social y laboral sea exitosa.
Tal es el caso, en estos días de febrero, que un joven de 24 años tuvo la alta médica y regresó a su hogar familiar en Rauch. Pero su situación no es el común, ya que muchos de los usuarios -como se llama ahora a las personas internadas- no tienen vínculo con sus familias. Es por eso, y por otros motivos, que empezó un plan con la dirección del nosocomio con Guillermo Sperr y Leonel Fangio de crear espacios que puedan vivir de forma lo más autónoma, salir de paseo, trabajar, vincularse con otras personas. Un equipo profesional y técnico trabaja con ese objetivo.
“Un ‘alta’, en nuestro caso particular, representa un logro muy importante dentro de un proceso que requirió del trabajo constante y la asistencia de todo el equipo integrado por asistentes terapéuticos, enfermeros, equipo de limpieza, equipo técnico, de nuestro hospital”, destacan públicamente en las redes sociales.
Lo que sigue es una casa que tendrá un monitoreo, pero será externo. Es una de las salidas que propone la ley de salud mental nacional, pero cuyo cumplimiento es casi nulo.
El director del Dardo Rocha Sperr, no deja de discutir la denominada “desmanicomialización”, es decir, tratar que las personas que tengan una patología psiquiátrica, pero puedan vivir en sociedad, lo hagan.
Por estos días desde el hospital de Uribe se muestran satisfechos con la iniciativa de obra del proyecto «Autonomía y Cuidado», que vienen de la mano de las modificaciones que pusieron adelante en materia de infraestructura. Desde diciembre 2020 arrancaron a adaptar las instalaciones y dinámicas laborales a la normativa vigente en salud mental y discapacidad.
Con personal de mantenimiento edilicio, profesionales, asistentes y los usuarios se encaran las tareas.
“Queremos agradecer a todas y todos los que siempre han acompañado -afirman desde el centro de salud cañuelense- las propuestas derivadas del proyecto institucional, poniendo el cuerpo y el corazón”.
El objetivo final es crear un área específicamente destinada a la rehabilitación de los usuarios, y otro espacio dispuesto como casa de convivencia, con baños compartidos, cocina, y cuatro habitaciones con dos camas cada una.
En esa dirección apuntan, hacer hincapié en la inclusión social efectiva de los pacientes a través de dispositivos comunitarios de sostén, tales como casas de prealta, casas de convivencia o cooperativas sociales de trabajo. “Estas modificaciones se dan en el marco del proyecto institucional, que tiene como horizonte poder convertir a nuestro hospital en una referencia en salud mental desde el punto de vista de la desmanicomialización, restitución de derechos, rehabilitación y la democratización de procesos ampliando al máximo los márgenes de libertad de los usuarios y fortaleciendo los vínculos con las comunidades de referencia”, destacan desde el hospital especializado en salud mental y discapacidad.