Micaela Massa, hija de Marcelo Massa asesinado en un hecho de inseguridad hace ya 10 años, fue la que descubrió que en su casa habían ingresado delincuentes.
Ella y su novio regresaron a la vivienda cerca de las 22:40 luego de que un vecino alertara a su mamá Betty, que uno de sus perros ladraba sin parar. Cuando llegaron tras unos pocos minutos, ingresaron por el acceso principal del departamento notaron que su mascota no iba a recibirlos como lo hace siempre y se encontraba ladrando sin parar, como marcando algo. Ese hecho extrañó aún más a la joven que tras ingresar un poco más a la vivienda y con mucha precaución, observó que una de las puertas de su casa estaba abierta.
“Me asomo despacio llamando al perro mientras que el, desesperado, ladraba hacia el lado de la puerta”, explicó Micaela. “Me acerqué un poco más y veo una sombra de alguien atrás de la puerta, como si estuviera esperándome. No sé si tenía algo o qué pero escucho que estaba entrando porque además llamé al perro varias veces” sostuvo la víctima mientras relataba como fueron los hechos.
“Acá hay alguien” dijo la joven y salió para afuera cerrando la puerta del portón de acceso mientras que escuchaba al perro ladrar y correr para el fondo de la casa, como si estuviera corriendo a alguien.
“Mi novio vio una patrulla rural que estaba estacionada en la esquina y le pidió ayuda, esos policías se comunicaron con la policía de Cañuelas”, relató Micaela. “Arribo un patrullero con dos oficiales, un hombre y una mujer, que revisaron todo el interior de la casa sin encontrar a nadie”, expresó.
Micaela explicó que en el interior estaba todo revuelto y no saben si lograron llevarse algo. “Encontramos una almohada de la cama de mi mamá en la cocina, creemos que con eso han querido matar al perro”, concluyó.