Si bien se han tratado distintas alternativas en el ámbito local para lograr una solución a este acceso, lo cierto es que nada se ha hecho y las víctimas fatales se siguen sumando.
Los semáforos son una alternativa económica y aunque muchos se opongan y consideren que sobre una ruta nacional no se pueden colocar, acá van dos ejemplos en localidades vecinas donde los semáforos funcionan. En San Miguel del Monte, sobre Ruta 3 y en Carlos Spegazzini sobre Ruta 205, existen semáforos colocados sobre los trayectos de estas rutas que organizan a la perfección la circulación de vehículos.
Semáforo sobre Ruta 3, en Monte. Foto: Google maps.
Si no hay recursos económicos para esta opción, tal vez podrían reciclarse semáforos que están en desuso. Por ejemplo en nuestra ciudad, sobre calle Del Carmen y Güemes, hay semáforos que no funcionan prácticamente desde el día de su colocación, y aunque no es la solución quitarlos, trasladarlos y colocarlos sobre Ruta 205 y Uruguay podría ser una alternativa rápida y económica que permitiría evitar nuevos accidentes en este cruce mortal.
Otra de las alternativas posibles es la construcción de rotondas o circunvalaciones que permitan un acceso ordenado, tanto para quienes dejan la ciudad como para los que desean ingresar ella.
La localidad de Saladillo por ejemplo posee sobre la misma ruta (205), rotondas que permiten los ingresos y egresos de vehículos prácticamente sin ocasionar un solo accidente.
En Lobos, otro ejemplo también sobre Ruta 205, existe un acceso a la laguna que permite una ordenada circulación de vehículos que ingresan y egresan de esta localidad turística minimizando los riesgos de colisión.
Opciones hay más de una y no hace falta inventar algo nuevo y revolucionario, solo hace falta un poco de voluntad de quienes toman decisiones y llevarlas a cabo. Otorgar a este cruce fatal de Ruta 205 y Uruguay una pronta solución es fundamental e imprescindible, antes que la imprudencia combinada con la falta de voluntad gubernamental, se cobre una nueva víctima.