Una vez más, vecinos de una zona rural de Cañuelas fueron víctimas de la falta de seguridad e impunidad de los delincuentes. Por séptima vez en lo que va del año, sufrieron las consecuencias del robo y destrozos de un transformador de la empresa Edesur que les provee el suministro eléctrico.
A diferencia de los anteriores robos, esta vez los delincuentes incendiaron el transformador para tratar de obtener el metal de su interior, que por lo general el bobinado interno es de cobre. Para sorpresa seguramente de los ladrones, en el interior se encontraron con un bobinado de aluminio, muy inferior en su valor de reventa.
Las consecuencias no solo son económicas para la empresa que debe reponer el transformador una vez más, sino también para todas las familias y actividades productivas de la zona que dependen de este aparato para poder recibir este tipo de energía.
La zona afectada es prácticamente electro dependiente y ese transformador se ha convertido este año en un botín “fácil” de obtener para los delincuentes, ya que a los pocos días de ser reparado por la empresa, fue ultrajado nuevamente.