El “CoviFab” o “Suero equino hiperinmune” es un desarrollo nacional realizado por investigadores argentinos que consiste en generar anticuerpos policlonales que puedan aplicarse en pacientes covid positivos adultos cuyo cuadro de coronavirus esté considerado moderado o severo.
Los investigadores demostraron que el porcentaje de mortalidad logró reducirse en un 45%, en tanto que la necesidad de internar a un paciente en una unidad de terapia intensiva se redujo en un 26% y la utilización de respiradores artificiales logró reducirse en un 36 por ciento.
Los estudios se realizaron sobre un total de 242 pacientes adultos (entre 18 y 79 años) hospitalizados con un nivel de la enfermedad de moderada a severa, confirmada a través de un PCR y dentro de los 10 días de iniciados los síntomas. La mitad de estos pacientes recibió el suero hiperinmune mientras que la otra parte recibió un placebo. De las personas que participaron en estas pruebas un 65% eran varones mientras que el 35% restantes fueron mujeres. Cabe destacar que el suero no fue probado en mujeres embarazadas, por lo que se desconoce si el tratamiento afecta o no al feto.
Después de muchos meses de investigación y testeos del suero en humanos, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó en diciembre pasado la aplicación del “suero equino” en pacientes -únicamente bajo prescripción médica- en hospitales o clínicas que lo soliciten.
La investigación de este suero comenzó en abril del año pasado, a los pocos días de haberse decretado la cuarentena en nuestro país. Uno de los científicos que participó desde el principio en la investigación y el desarrollo del “CoviFab” fue Sebastián Klinke (Instituto Leloir), quién integró el equipo que produjo la proteína clave del coronavirus llamada RBD, utilizada para inmunizar a caballos.
“El primer paso del proyecto consistió en la producción de una proteína del coronavirus llamada RBD, la ´llave de entrada´ que utiliza el virus para infectar a las células humanas”, explicó Klinke. “Logramos fabricar artificialmente una gran cantidad de la proteína RBD para inyectar a caballos, estos animales generaron luego anticuerpos capaces de neutralizar al coronavirus en ensayos de laboratorio, lo que abrió la puerta para utilizarlos como un posible tratamiento en pacientes infectados”, sostuvo el científico. Destacando la colaboración también de otro grupo de científicos encabezados por la Dra. Andrea Gamarnik (integrante del grupo de Goldbaum e investigadora del CONICET).
Del proyecto trabajaron más de 70 científicos e investigadores pertenecientes a instituciones privadas y públicas entre las que se encuentran el CONICET, la Universidad Nacional de San Martín y el Laboratorio Inmunova.
Ante la consulta realizada sobre la utilización de caballos para producir el suero, los investigadores explicaron que estos animales poseen un volumen de sangre seis o siete veces mayor al de los humanos que ronda entre los cinco y seis litros (en una persona adulta), contra unos treinta y cinco o cuarenta litros que producen los equinos.
Una vez que el animal es hiperinmunizado con una gran cantidad de antígenos, estos producen una cantidad importante de anticuerpos con una potencia entre 20 y 100 veces mayor a los que producen los pacientes durante la infección natural.
En una publicación realizada a principios de agosto pasado, Sebastián Klinke dijo: “Estoy seguro que nunca en la historia de la investigación científica hubo tantas energías puestas en combatir un problema puntual como ahora. En lo personal siento mucha satisfacción de poder ayudar con mis conocimientos a intentar combatir la pandemia en un proyecto tan relevante para nuestro país como es el suero equino anti COVID-19”, concluyó el científico.
